El Descuido que Cobra Vidas en la Autopista
Hay una serie de factores en la autopista Guadalajara-Colima que no en balde le han impuesto el mote de “La Autopista de la Muerte”, pues el concesionario, desde hace décadas ha descuidado la atención de los usuarios e incluso está cometiendo serias irregularidades que son totalmente ilegales.
La construcción de la autopista llevó en total 37 años, y justo cuando fue concluida, en el 2022, ya estaba totalmente rebasada, por lo ya a mediados del 2024, esta carretera es insuficiente para la intensa carga vehicular que diariamente la utiliza.
El tema de los accidentes en la autopista es sumamente preocupante, pues siguen cobrando vidas y tal parece que al personal de la Guardia Nacional División Caminos y al concesionario de esa vía, no les importa en absoluto.
A los primeros, hay que señalarles su falta de vigilancia en las carreteras de la región, pues desde su llegada, han dejado de patrullar tanto el camino que conecta Jiquilpan-Manzanillo como el de cuota que comprende de Tonila a Acatlán de Juárez.
Debido a eso, los camiones de carga y muchísimos automovilistas han dejado de respetar los límites de velocidad, y la consecuencia es que el tramo comprendido entre San Marcos y Zacoalco, ha cobrado vidas como nunca antes.
A los concesionarios, habrá que hacerles entender que no solamente se trata de recaudar dinero, pues son vidas humanas las que se están perdiendo debido a situaciones como falta de señalización, abanderamientos mal colocados o la necedad de no cerrar las casetas para desviar el tráfico cuando ocurre un accidente.
Pero no solo eso, pues en un afán de ahorrar dinero, la el Concesionario llamado Operadora de Autopistas Sayula, ha dejado de prestar servicios obligatorios como los baños en sus casetas y sobre todo los servicios médicos para la atención de emergencias.
Esa omisión cada día está costando vidas humanas, y el caso más reciente es el del conductor de una camioneta pickup que se estrelló contra un camión de carga y el auxilio llegó casi una hora después, cuando el hombre ya había perdido la vida.
Vale decir que el Concesionario de la Autopista desde hace varios años quitó los servicios médicos y de emergencia que tenía para los usuarios en las casetas de San Marcos, Ciudad Guzmán y Acatlán de Juárez, donde se contaba con una ambulancia, una enfermera y un paramédico de forma permanente.
Hoy en día, la Operadora de Autopistas Sayula tiene un convenio con la Cruz Roja delegación Ciudad Guzmán que tiene solamente una ambulancia en la caseta de Acatlán, la cual se tiene que desplazar desde ese punto hasta el sitio del accidente y ello provoca demoras que ya han costado varias vidas.
Otra omisión del concesionario es el querer cobrar peaje a los vehículos de emergencia, por lo que los rescatistas de Sayula, Zacoalco, Tuxpan y Ciudad Guzmán prefieren no acudir a atender una emergencia.
Peor aún, cuando los usuarios pagan su peaje en las casetas, tienen derecho a un seguro que cubre daños materiales y gastos médicos, pero extrañamente, todas las personas que desafortunadamente sufren un accidente en la autopista, son enviados a hospitales públicos como la Clínica del Seguro Social o el Hospital Regional de Ciudad Guzmán.
Por eso, ya va siendo hora de que las autoridades de los tres niveles de gobierno pongan cartas en el asunto y exijan al concesionario cumpla de forma cabal sus obligaciones con los usuarios de esa vía, pues es claro que la cuota es muy elevada para una carretera que desde hace más de un está en reparaciones y, sobre todo, que escatima en temas de seguridad que día con día están cobrando vidas.
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