La Decadencia del Banquito
En busca de aceptación, el gobernador Enrique Alfaro llevó a su sexto y último informe de gobierno su clásico banquito de campaña y convirtió el acto protocolario en un acto de telenovela.
No debemos olvidar que el gobernador Enrique Alfaro llegó a su cargo con una gran aceptación sobre todo entre los jóvenes, quienes estaban cansados de administraciones corruptas e inútiles encabezadas por el PRI y el PAN.
Por ello, Alfaro fue muy bien recibido en campaña al realizar una excelente mercadotecnia que iba desde la música de banda en sus mítines, los discursos arriba de un banquito para estar cercano a la gente y una opción totalmente diferente a los políticos de siempre… pero acabó siendo como ellos.
La rendición de cuentas fue lo menos, pues ante un lleno total del palenque del auditorio Benito Juárez, Alfaro entró con un banquito recién pintado, se arrodilló, se persignó y lloró en su despedida no sin antes advertir que volverá al escenario político.
En su mensaje brindó cifras alegres, pero poco creíbles, por ejemplo, aseguró que en su sexenio bajaron los delitos en el estado, lo cual está totalmente fuera de la realidad, pues habría que preguntarles a los ciudadanos de a pie, esos que no traen autos blindados ni una docena de guaruras, cómo les ha ido con el tema de la inseguridad en los últimos años…
También se colgó el tema de la presa El Zapotillo, que fue un conflicto larguísimo que tuvo que ser resuelto por la federación, o el tema del transporte público, donde sí, hay que reconocer la modernización de camiones y la implementación del tren ligero que incluso ya llega hasta Tlajomulco.
Quedó a deber, sin duda alguna en el tema de las carreteras, pues en el caso del Sur de Jalisco, estaba el compromiso de mejorarla carretera libre Guadalajara-Colima y solo lo hizo en la parte correspondiente a Zacoalco de Torres, y si bien, se revistieron otras como la que comunica a Ciudad Guzmán con San Gabriel, al final de su sexenio esa vía está cubierta de baches.
También omitió hablar de las alarmantes cifras de inseguridad en el estado, donde diariamente hay decenas de desapariciones forzadas, robo de vehículos, asaltos y homicidios.
Este último, es, sin duda alguna, uno de los temas que más preocupan a los jaliscienses, quienes al paso de los años han sido víctimas del un tremendo deterioro social que afecta su patrimonio y su integridad de maneras muy diversas como el robo en los camiones urbanos, en las calles, en las tiendas de conveniencia, en las casas habitación y en las calles.
Ello, sin contar el alarmante índice de homicidios que coloca a Jalisco entre los estados con mayor número de muertes y desapariciones en todo el país.
Esperemos que las cosas mejoren en la próxima administración que inicia el 6 de diciembre, pues Jalisco requiere de gobernantes más sensibles y apegados a la realidad.
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