Malhechora
Ellos son los culpables de que ella haya muerto de esa manera tan fatal y desgarradora. No existe una justificación y ellos están escondidos en algún lado de la casa.
“¿Ustedes conocían a la occisa?” les preguntaba a los vecinos. Nadie la recuerda. Fui a la habitación en donde se encontraba el cadáver. Fue terrible lo que presencié, la mujer no tenía cabeza, ni pies, ni brazos. Se percibía una atmosfera turbadora en la escena del crimen, recogí varias pruebas periciales para armar el rompecabezas del homicidio más adelante y con calma.
Después observé el resto del departamento, en el reinaba la basura y los repugnantes olores en cada rincón del sitio, de súbito alcancé a ver en un escondrijo de la cocina a un joven de aproximadamente veintidós años, se encontraba en cuclillas, como si estuviera perdido de la mente.
Le pregunté qué hacía ahí pero no respondió. Primero imaginé que era sordomudo, pero levantó su brazo y me señaló a donde estaba el refrigerador.
Me dirigí a el congelador, lo abrí y encontré a otro joven de la misma edad que el otro.
Creí que estaba muerto por el estado en el que se encontraba; con la cabeza abajo, sin producir ningún ruido o movimiento, pero levantó la cabeza y me vio de una manera en la que me sentí amenazado, “No te voy a hacer daño, calma” le dije. Lo saqué y le pedí que me explicara por qué estaban ocultos.
Me contó que era por miedo a eso. Lo que mató a la mujer que fue descuartizada a sangre fría.
Señaló con su dedo índice el armario y me dijo que ahí estaba el asesino. Con mucho cuidado y temor me fui acercando al ropero, abrí la puerta sorpresivamente para atrapar al sospechoso.
La sorpresa me la llevé yo al encontrármela manchada de sangre y en posición de defensa actuando con aplomo: “Ellos fueron los que me crearon, son los culpables, yo sólo obedecí órdenes”- me dijo…
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