Published on septiembre 21st, 2019 | by lavozsur
0Punto por Punto – Los migrantes invaden Zapotlán
*Migrantes extranjeros y nacionales inundan nuestras calles
En el Sur de Jalisco tenemos la idea de que la agroindustria está agotando nuestros recursos naturales, al dañar bosques y mantos acuíferos; pero también nos están dejando una gran cantidad de migrantes nacionales que se vienen a sumar al gran número de centroamericanos que van hacia a Estados Unidos en busca del “sueño americano”.
Y es que desde hace una década, en Ciudad Guzmán pudimos ver la inusual presencia de migrantes centroamericanos en diferentes calles del municipio. Primero unos cuantos en los cruceros, luego por decenas en diferentes avenidas, y lastimosamente se pudo observar cómo dormían en incómodos rincones de edificios públicos y privados… la entrada al taller de servicio de la Motormexa; las instalaciones de la antigua estación del ferrocarril; en los portales del centro, debajo de los puentes vehiculares o en el Centro Cultural José Rolón.
Para entender la proporción de este fenómeno, se debe decir que México se ha convertido en el mayor receptor de migrantes en Latinoamérica, los cuales provienen principalmente de Estados Unidos (los que nos regresan en vez de mandarlos a su país), Venezuela y Honduras.
También se debe mencionar que la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece que los migrantes de cualquier nacionalidad tienen derecho al libre tránsito, la seguridad jurídica, la asistencia consular, la no discriminación, la solicitud de asilo, la protección de la unidad familiar y la dignidad humana, entre otros aspectos; pero tras el reciente acuerdo con Estados Unidos esa premisa no está siendo respetada.
Cabe mencionar también que varios de esos migrantes centroamericanos que se han quedado en nuestra ciudad, hoy se ven inmersos en problemas de alcoholismo y drogadicción, aunado a que algunos reportes de Seguridad Pública indican que están involucrados en algunos delitos menores.
Pero eso no es lo más grave de este problema, pues hay una población mucho mayor de migrantes en nuestra ciudad y no son extranjeros; se trata de mexicanos originarios de estados como Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Michoacán e incluso Baja California Sur que vienen a trabajar en los invernaderos o las huertas de aguacate.
Resulta que varias de estas empresas tienen albergues donde los hospedan en condiciones deplorables de hacinamiento, aunque algunas les proporcionan incluso espacios deportivos, supermercado y escuelas, pero el problema surge cuando los trabajadores son despedidos y de forma inhumana los trasladan a las cabeceras municipales para dejarlos abandonados.
Es de esa manera como nuestros connacionales quedan varados en Ciudad Guzmán sin posibilidad de retornar a sus comunidades de origen, sin tener una forma de ingreso, sin vivienda y sin protección alguna, lo que los orilla a pedir limosna y los hace víctimas de un cúmulo de abusos debido a su situación de calle.
Por eso es bien importante que de nueva cuenta la Secretaría del Trabajo haga revisiones constantes sobre el trato y las condiciones que se les da a los trabajadores de la agroindustria.
Que los ayuntamientos presionen a los agroproductores sobre su responsabilidad social y humanitaria pues ahora, además de los altísimos precios de sus productos, la deforestación, la contaminación con agroquímicos y la extracción de agua para consumo humano, están provocando que los precios de la vivienda se incrementen de forma injusta debido a la alta demanda y sobre todo, nos están dejando una herencia de indigentes que pronto estarán demandando servicios de salud, hospedaje y alimentación, así como atención en problemas como drogadicción, seguridad, abuso sexual y maltrato infantil.
Ya para terminar hay que decir de pasadita que el tema del hundimiento que sacudió a Ciudad Guzmán hace unos días debe ser un llamado de atención para que las autoridades tomen cartas en el asunto de una vez por todas.
Ya se había dejado en el olvido la reubicación de los vecinos de la calle Ignacio Mejía que sería convertida en parque lineal; también quedó archivado el proyecto para evitar la entrada de agua proveniente del arroyo los Guayabos a la falla geológica; y ahora que de nuevo nos tiembla, se hacen simulacros y reuniones de emergencia…
No hay que esperar que ocurra una desgracia, aún es tiempo emprender acciones encaminadas principalmente a la prevención y la protección de la ciudanía.