Published on julio 31st, 2016 | by lavozsur
0Punto por Punto, Sábado 30 de julio de 2016
*La muerte de un atleta y las facilidades para la venta de embriagantes
Indiscutiblemente que la pérdida de una o más vidas nos conmueve y llena de tristeza, pero sacude en mayor medida nuestros más profundos sentimientos cuando nos enteramos del deceso de estudiantes en la flor de su juventud y cuyas existencias resultaban prometedoras para sus familias y para la sociedad, como es el caso de la triste noticia que publica en esta edición La Voz del Sur de Jalisco sobre la muerte del atleta Martín Alejandro Ramírez.
Ya hemos hablado en otras ocasiones de este tema y dicho que es importante mencionarlo no como un dato morboso, sino para que sirva de ejemplo y permita evitar otras desgracias. Ya se sabe que el consumo de bebidas embriagantes ha sido siempre fuente de problemas, que se han agravado en los últimos tiempos, sobre todo por el hecho de que su ingesta entre los jóvenes mexicanos aumentó del 25 al 70 por ciento en tan sólo cinco años y las encuestas sobre adicciones revelan que el inicio del consumo es cada vez a edades más tempranas, entre los 11 y 12 años.
Los expertos señalan que son muy variadas las causas que llevan a los jóvenes a consumir alcohol, y que entre ellas figuran el hecho de que es socialmente aceptable, relativamente accesible por su precio, pero sobre todo lo justifican como una forma de encontrar la diversión y por el falso atractivo de “entrar en el mundo de los adultos y romper con las pautas que marcan el universo de la niñez”, pero lo cierto es que al lado de la euforia que produce, genera pérdida del autocontrol y atrofia las reacciones.
De acuerdo con los expertos, la adolescencia y la primera juventud son las épocas de la vida en que mayor influencia tienen los amigos sobre la persona; el grupo de amigos cada vez va cobrando más importancia en la vida del adolescente, al mismo tiempo que las relaciones con los padres se van haciendo más débiles con el desarrollo de una mayor independencia.
En el grupo de amigos el adolescente diluye inseguridades, conflictos, emociones dolorosas y dudas, a través de la comunicación con personas que experimentan similares preocupaciones.
Ya se sabe que el del alcohol, como las drogas, son asuntos que corren casi paralelos a la historia de las civilizaciones, y la experiencia ha demostrado que en vez de prohibir su consumo es preferible reglamentarlo.
En ese sentido hace unos meses criticamos la medida tomada por la Administración Pública Municipal al ampliar el horario para venta de bebidas embriagantes en vinaterías y tiendas de conveniencia hasta las 2:00 de la mañana, lo que facilita el acceso de los jóvenes al alcohol, pues en otras ciudades esos permisos se otorgan hasta las 10:00 de la noche y los domingos está totalmente prohibido vender bebidas embriagantes.
El asunto plantea interrogantes y retos para toda la comunidad, autoridades, medios de comunicación, sociólogos, educadores, líderes políticos, religiosos, asociaciones culturales y deportivas, y organismos sociales, respecto a cómo deben canalizarse las inquietudes y deseos juveniles de diversión.
Vale insistir en la necesidad de impulsar diversiones sanas entre los jóvenes; resulta fundamental que los padres atiendan lo que hacen sus hijos y se hagan responsables de ellos, no sólo para ir a sacarlos de la cárcel cuando cometen infracciones, sino para evitar que expongan sus vidas y las de los demás.
Hay que preguntar a muchos padres de familia en qué piensan cuando ponen en manos de sus hijos –a veces niños- los vehículos que pueden convertirse en armas mortales, sobre todo si están alcoholizados.
Por ello nuevamente insistimos en que Zapotlán debe reducir los horarios para la venta de embriagantes y los domingos incluso prohibirla como se hace en Aguascalientes y Colima en vez de facilitar su acceso a fin de reforzar la recaudación. Hay muchas cosas que pueden hacerse en torno a este problema, pero lo peor que podría hacer nuestra sociedad es quedarse cruzada de brazos.