Published on septiembre 11th, 2016 | by lavozsur
0Bitácora Semanal, Sábado 10 de septiembre de 2016
Por Alfredo PÉREZ DÍAZ
LA NOTICIA: #CreceOdioRacial. En México las cosas andan mal y sólo de eso se habla en el extranjero, por una concepción absolutamente errónea del tema de la comunicación social, el gobierno mexicano, se ha enfocado en las dos últimas décadas a proyectar al presidente de la República, a propalar sus discursos y obras, olvidando restañar la imagen de México y de los mexicanos, dañadas seriamente por los escándalos de corrupción, el tráfico de drogas, la violencia del crimen organizado, secuestros y desapariciones y la constante violación de los derechos humanos.
En la Unión Americana hay muchas personas y autoridades bien intencionadas, que por ese descuido en la comunicación oficial han comenzado a ver con recelo a los mexicanos y a esto se añade la permanente acción de autoridades -como las de Arizona- y grupos racistas como los del Ku-Klux-Klan, y esto lo padecen los hijos ausentes, aunque mayormente son personas de bien que van a trabajar, a superarse, ayudan a construir la grandeza de esa nación y sostienen a sus familias con remesas de dólares que ya figuran como el segundo mayor ingreso de divisas al país.
EL COMENTARIO: En su libro “Who we are” -¿Quiénes somos?-, sobre “los desafíos a la identidad nacional de los Estados Unidos” (2004), Samuel P. Huntington analizó los retos de la identidad estadounidense, que “al finalizar la guerra fría registró una sensible pérdida” e identifica entre las causas de sus preocupaciones “los intentos de candidatos a cargos políticos para ganar a votantes hispanos”, “el creciente número de mexicanos en varios estados como California y Texas”, el hecho de que EEUU “es el único país del primer mundo que comparte una larga frontera, sin defensas con otro del Tercer Mundo, por lo que el paso a la vez fácil y atractivo para los mexicanos” y en ese entorno identificó a la migración mexicana como una “amenaza cultural”, “por no profesar la religión protestante”, “por la extendida popularidad de sus hábitos alimenticios y de vida”, “su amor a la pobreza”, por “porque comienzan a desplazar del empleo a los americanos”, pero sobre todo le angustiaba “la posibilidad de una eventual reconquista de los territorios segregados por Estados Unidos”.
LA NOTICIA: #LeccionesOlvidadas. A lo largo de su historia México ha sufrido numerosas intervenciones extranjeras, que le costaron la pérdida de más de la mitad de su territorio e incluso trajeron a un príncipe extranjero a gobernarnos en dolorosos episodios que costaron miles de vidas y sufrimientos a gran parte de la población.
Esto definió la vocación pacifista de nuestro país y la inclusión en su política exterior de los principios de no intervención y respeto a la autodeterminación de los pueblos, pero sobre todo a una política muy cuidadosa respecto a nuestros vecinos del norte.
Ya don Porfirio Díaz había alertado hace más de un siglo: “Pobre de México, tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos”, y en una época más reciente el presidente José López Portillo equiparó esta vecindad con “dormir al lado de un elefante, que en cualquier momento te puede aplastar”.
EL COMENTARIO: Desafortunadamente, en la segunda mitad del siglo pasado, se volvió moda entre la élite política mexicana enviar a sus hijos a que cursaran estudios -a veces desde muy temprana edad- al extranjero, de modo que al regresar y ser acomodados en cargos públicos ignoraban la historia nacional; luego desdibujaron de los libros de texto episodios “incómodos” para el poderoso vecino del norte, sumergieron al país en cuanto tratado globalizador les presentaron e hicieron a un lado la digna y respetable política exterior del país.
LA NOTICIA: #InsultosDeTrump. El magnate Donald Trump es un exitoso negociante, un hombre sin escrúpulos que hizo muchos negocios en México, entre ellos el concurso Miss Universo, sin embargo algún negocio le salió mal y a partir del 30 junio del año pasado, en su discurso inaugural como aspirante a la Presidencia de los Estados Unidos, amenazó con deportar a más de 11 millones de migrantes mexicanos, al acusar que “México manda a su gente, pero no manda lo mejor. Está enviando a gente con un montón de problemas”… “Son violadores y criminales”… “Están trayendo drogas, el crimen y a violadores”… “México está matando a Estados Unidos” y en julio, al alcanzar la nominación del Partido Republicano, enfatizó que “México no es nuestro amigo”, por ello su amenaza de construir “un gran muro en la frontera y haré que México lo pague”, e incluso aseguró que bloquearía las remesas de los migrantes mexicanos para pagarlo.
Luego dijo que el TLC es “el peor tratado comercial de la historia” y que lo primero que haría al llegar a la Casa Blanca es “liquidarlo si no logra mejores condiciones para los trabajadores estadounidenses”.
En noviembre de 2015, en el programa Saturday Night Live, se presentó Trump con un imitador del presidente Peña Nieto, que le dice: “Te traje el cheque para el muro. Considéralo una disculpa por dudar de ti. No hay nada que una más a dos países que un muro”.
Todo esto, sin que ninguna autoridad mexicana, la embajada en Washington o los numerosos consulados en la Unión Americana se ocuparan de ello. Peor aún, el miércoles pasado, Trump amenazó con declarar la guerra a México si no paga el muro: “Cuando rejuvenezca a nuestros militares, México no querrá jugar a la guerra con nosotros”.
EL COMENTARIO: A pesar de todo, el presidente Enrique Peña Nieto tuvo la mala ocurrencia de invitar al señor Trump a visitar México y lo recibió el entonces titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Luis Videgaray en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México el 31 de agosto pasado, lo trasladó en helicóptero de la Presidencia hasta la residencia de Los Pinos, dialogaron en privado con él y al concluir ofrecieron una conferencia de prensa conjunta, dándole el rango de jefe de Estado que no tiene, ni tendrá posiblemente, pero sí ayudándole ostensiblemente a mejorar su deteriorada imagen entre los votantes de habla hispana.
Luego se fue Trump a Phoenix y remachó sus amenazas al exponer su plataforma migratoria. Peña Nieto se justificó argumentando que había invitado a los dos candidatos presidenciales de Estados Unidos para hablar sobre los problemas bilaterales, pero la demócrata Hillary Clinton declinó amablemente la invitación.
Los más influyentes diarios estadounidenses, The Washington Post y The New York Times, se ocuparon hoy de la renuncia de Videgaray, la que vincularon a la visita de Trump, recordando que la idea de invitarlo fue del ex secretario de Hacienda.
El Times dijo que “Ese encuentro generó una gran consternación y despertó la ira entre los mexicanos, además de dividir el gabinete del presidente mexicano”. El dirigente nacional de MORENA, Andrés Manuel López Obrador consideró que “Aunque sea por factores externos y se trate de la misma baraja, importa frenar la caída de Enrique Peña Nieto. No queremos construir a partir de escombros”.
Y si antes del episodio Trump la caída en popularidad del presidente era la mayor de que se tenga noticia, las cosas han llegado a grado tal que en un artículo titulado “El presidencialismo, herido de muerte”, el analista Pascal Beltrán del Río se muestra alarmado porque incluso se ha llegado a insultos hacia el primer mandatario al llamarlo “estúpido”. (Excelsior, 07/09/16).
Y es que al meterse en la sucesión estadounidense no tomó en cuenta las duras lecciones de la historia patria, violó los principios de la diplomacia mexicana, se metió -como dice el dicho- “entre las patas de los caballos” y puso en riesgo las futuras relaciones de nuestro país con cualquiera de los dos aspirantes que llegue al cargo. Como decía el llorado Juan Gabriel: “¿Pero qué necesidad?”
LA NOTICIA: #CambiosEnElGabinete
En este entorno, se anunció el miércoles pasado una sorpresiva conferencia de prensa la renuncia del titular de Hacienda, Luis Videgaray Caso, el “arquitecto” de las reformas estructurales, uno de los llamados “virreyes” y acaso el personaje más influyente del gobierno federal, y también renunciaron dos de sus más cercanos colaboradores, el jefe del Sistema de Administración Tributaria (SAT), Aristóteles Núñez Sánchez, y el subsecretario Fernando Aportela, encargado de elaborar el Presupuesto 2017.
En Hacienda fue designado José Antonio Meade Kuribreña para sustituirlo y Luis Enrique Miranda Nava a la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL). Meade, logró “puentear” exitosamente en los últimos 16 años, cuando el país fue gobernado por mandatarios emanados del PRI, luego dos del PAN y más tarde nuevamente del PRI, ocupando en ese lapso la titularidad de cuatro secretarías de estado y del Banrural.
EL COMENTARIO: De 47 años de edad, licenciado en Derecho (UNAM) y Economía (ITAM), con doctorado en Yale, Meade ha ocupado los cargos de director de Planeación Financiera en la CONSAR (1997-1999), secretario adjunto de en el IPAB, con Ernesto Zedillo (PRI); director de Banca y Ahorro de la Secretaría de Hacienda (2000-2002); director general del BANRURAL (2002-2006), con Vicente Fox (PAN); titular de las secretarías de Energía (2011) y Hacienda (2011-2012), con Felipe Calderón (PAN), y en el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto ha fungido como titular de las secretarías de Relaciones Exteriores (2012-2015) y de Desarrollo Social (2015-2016).
Miranda Nava es licenciado en Derecho, ha ocupado los cargos de director Jurídico, subsecretario de Asuntos Jurídicos, secretario de Administración y Finanzas (2005-2007) y subsecretario y secretario de Gobierno (2009-2011) del estado de México y subsecretario de Gobernación (2012-2016).
Hay más, pero se nos termina el espacio. Nos vemos la próxima semana.