Published on abril 23rd, 2017 | by lavozsur
0Punto por Punto, Sábado 22 de abril de 2017
*Sobre los Duartes del País y Juan Rulfo
Recientemente, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) dio a conocer su estudio “Reforzando la Integridad: el régimen administrativo disciplinario para servidores públicos federales en México”, que en resumen advierte que los estados y los municipios son aún más corruptos que la federación y cita como ejemplo que en Jalisco se registran 22 mil 300 casos de corrupción por cada 100 mil habitantes.
La cifra de corrupción es mayor en estados y municipios debido a que existen alrededor de 4.5 millones de burócratas en México, de ellos 1.5 prestan sus servicios a la federación y el resto a los estados y municipios.
Las cifras resultan alarmantes sobre todo en estos días que hemos visto las detenciones de funcionarios de alto nivel relacionados con escándalos de corrupción, capturas que resultan irrisorias pues los mexicanos hemos padecido por décadas serios abusos de nuestros gobernantes que en su mayoría disfrutan con toda tranquilidad de las enormes fortunas amasadas gracias a los cargos políticos que han ostentado, algunos lo hacen desde el retiro, y otros más descaradamente lo siguen haciendo en el cobijo de sus cargos públicos.
Zapotlán y el estado de Jalisco tienen marcados casos de esos individuos que se han enriquecido a costa del poder; algunos de ellos, como el caso del actual presidente municipal, que enfrenta una denuncia penal por enriquecimiento ilícito; o el del ex gobernador Emilio González con su sucio manejo de los Juegos Panamericanos y las obras para ese evento que hoy en día se están derrumbando…
Desde luego en el actual gobierno de Jalisco también se han ventilado malos manejos y los más evidentes saltan a la vista en la obra pública, cuya presupuestación es cada vez más elevada y de menor calidad.
Por ello sería conveniente que de una vez por todas se acabara con los Duarte que abundan en todo el territorio nacional; que utilizan sus cargos para concesionar servicios, regalar espacios públicos y hacer negocios oscuros cuyo único beneficio es para sus bolsillos…
Ya en otro tema, no podemos dejar de expresar la extrañeza que en todos los sectores ha provocado la postura de los hijos del escritor Juan Rulfo y de la propia fundación que lleva el nombre del autor de El Llano en Llamas, con respecto a la serie de homenajes que en todo el país se han preparado para festejar el centenario del natalicio de Juan Nepomuceno.
Primero se opusieron a que los municipios de Sayula, Tuxcacuesco y San Gabriel formaran un recorrido turístico con el nombre del famoso autor, por lo que la Ruta Juan Rulfo tuvo que nombrarse el Realismo Mágico de Juan.
Luego condicionaron su participación en la Feria del Libro de la UNAM argumentando que sólo asistirían si no participaba la escritora Cristina Rivera Garza quien escribió un libro donde menciona al autor nacido en el Sur de Jalisco.
También prohibieron a la UNAM el uso del nombre e imágenes de Rulfo por promover el libro “Había mucha neblina o humo o no sé qué” y desde luego, no se puede olvidar la prohibición a la Feria Internacional del Libro para que el Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo dejara de llamarse así.
Por eso al acercarse el centenario del natalicio de Juan Rulfo, el próximo 16 de mayo, hay dudas entre los entusiastas que se desviven en festejar y reconocer el gran talento del autor de grandes obras como Pedro Páramo, El Llano en Llamas o Diles que no me Maten, pues, dicen, en un descuido la Fundación Juan Rulfo y los propios hijos, nos van a querer prohibir hasta leerlo.