Punto por Punto; Sábado 6 de mayo de 2017
*Incendios forestales y negocios sucios
Un estudio realizado por el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias, arroja que en nuestro país cada año se pierden entre 600 y mil hectáreas de bosques para ser utilizados como sembradíos de aguacate; ese oro verde que poco a poco ha ido consumiendo las grandes plantaciones de pino y oyamel en el Sur de Jalisco.
Según esos datos oficiales, en varios años son miles de hectáreas que han sido deforestadas para utilizarlas en lo que se ha denominado como siembra furtiva, es decir que los productores de aguacate utilizan diferentes métodos para introducir sus cultivos, sin importarles el ecosistema del lugar donde llegan a instalarse.
En muchos casos los productores provocan incendios forestales para luego plantar árboles de aguacate en el terreno devastado.
Otros esconden las plantas entre los pinos, a los que cortan uno a uno para evadir a las autoridades; algunos otros secan los grandes árboles para luego justificar su derribo y en todos los casos el resultado es alarmante, pues los cambios en el comportamiento del clima son evidentes; no debemos olvidar que un cultivo de aguacate consume el doble de agua que el de un bosque denso, acelera la erosión del suelo y daña el hábitat de las poblaciones silvestres.
Y es que en otros estados del país a los aguacateros ya les han puesto un alto en su feroz actividad deforestadora, pero en Jalisco parece que a nuestras autoridades ese tema no les importa y a nivel estatal les obsequian grandes apoyos financieros para construir sus plantas y en el marco municipal enormes superficies de terreno para que amplíen sus instalaciones.
Este tema viene a colación de nueva cuenta debido a que en el transcurso de la semana que está por terminar, se registraron varios incendios forestales en los límites de Zapotlán y San Gabriel, así como en Tamazula de Gordiano, por lo que no extraña que se trata de otra sucia maniobra de los productores de aguacate para ampliar sus cultivos, como lo han venido haciendo poco a poco en las faldas del Nevado de Colima y sus alrededores…
Ya en otro tema debemos mencionar que una encuesta llevada a cabo hace unos días indica que la aceptación entre los habitantes de Zapotlán hacia el alcalde guzmanense se ha reducido a solamente 48 puntos, es decir, que más de la mitad de la población está en desacuerdo con la forma como se está conduciendo la administración pública municipal.
Acciones como el haber quitado la vida a un ciclista con un vehículo oficial, despacharse descarados aumentos de sueldo para funcionarios de primer nivel, hacer más lento el tráfico vehicular con las ciclopistas mal planeadas, imponer el cobro de foto infracciones, regalar terrenos que bien podría utilizarse como espacios deportivos, endeudar al municipio a más de 200 millones de pesos, así como los oscuros negocios en la contratación de luminarias y la concesión de la basura son temas que han lastimado a los habitantes de este municipio que hoy en día ya no se conforman con espejitos de falsas promesas o el lanzamiento de culpas a otras administraciones, pues el actual gobierno va ya por más de la mitad de su gestión (19 meses) y los resultados no son visibles; solamente resaltan sucios negocios que están sumiendo a Zapotlán en una grave polarización entre todos sus sectores.
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