Published on enero 5th, 2019 | by lavozsur
0Punto por Punto; 5 de enero de 2019
*En Jalisco ni crecimiento ni reducción de la pobreza
Hace unas semanas mencioné en este mismo espacio que el Presupuesto de Egresos de la Federación 2019 pareciera estar elaborado para pagar los votos de la pasada elección y, sobre todo, como ocurre en la mayor parte de los países tercermundistas, para lucrar políticamente con la pobreza.
Por eso hay que analizar muy bien las declaraciones del gobernador Enrique Alfaro cuando afirma que el presupuesto federal 2019 es injusto y tiene un sesgo político, pues en el caso de Jalisco, nuestro estado estaría recibiendo 8 mil 640 millones de pesos menos que en el año anterior.
“El presupuesto nacional se elaboró estrictamente a partir de los intereses del Gobierno Federal, y los intereses de los jaliscienses no están bien entendidos y mucho menos atendidos”, dijo el Gobernador, al tiempo que anunció que revisarán con especialistas en la materia la viabilidad de seguir en el Convenio de Coordinación Fiscal.
De esa cantidad que Jalisco estará perdiendo este año, 2 mil 597 millones corresponden al Ramo 23, que es de donde provienen la mayor parte de los recursos para los municipios como en el caso de Zapotlán el Grande, que gracias a ese financiamiento en los últimos años ha logrado la construcción de parques, pavimentación de calles, ampliación de hospitales, introducción de redes hidrosanitarias y mejoramiento de escuelas.
Otro rubro que se verá seriamente afectado es la construcción y reparación de carreteras y caminos, pues el año anterior la Secretaría de Comunicaciones y Transportes había destinado a Jalisco 6 mil 918 millones de pesos, y en 2019 solamente asignaron a nuestro estado mil 967 millones de pesos.
Es muy probable que la autoridad federal no tenga conocimiento pleno de la distribución de los recursos, por eso hay que decir que cuando los estados del país se adhieren al Sistema Nacional de Coordinación Fiscal, las entidades se comprometen a limitar su potestades tributarias a favor de la Federación, a cambio de obtener una participación de los ingresos fiscales federales.
Esta situación ha hecho que la Federación controle alrededor del 80 por ciento de los ingresos fiscales totales generados en el país, lo cual es un indicador del grado de dependencia financiera de los estados y de los municipios en relación con la Federación.
Este Fondo General de Participaciones se distribuye de la siguiente forma: I. El 45.17% del mismo, en proporción directa al número de habitantes que tenga cada entidad en el ejercicio de que se trate; II. El 45.17, en términos de un coeficiente que toma en cuenta la eficiencia recaudatoria de cada Estado, premiando a los que recaudaron más; III. El 9.66% restante se distribuirá en proporción inversa a las participaciones por habitante que tenga cada Estado, y éstas son el resultado de la suma de las participaciones a que se refieren los numerales I y II en el ejercicio de que se trate (criterio compensatorio).
Así las cosas, hay que repetirlo de nuevo: el atacar la pobreza no es solamente dar una pensión o una despensa; es procurar desarrollo en las comunidades, mejorar el entorno para con ello promover una inercia de crecimiento en la parte social y en la estructural.
Pero tal parece que lo único que se quiere es conservar a los pobres para mantener el capital político; como si hubiera una predeterminación o cuota que se requiere para poder justificar los gastos excesivos, el capital político o los proyectos en los que se pueden justificar los desvíos de recursos o los gastos para hacer ver bien las administraciones.
Hay que repetirlo de nueva cuenta: si se detectaron desvíos en los recursos para obra pública como en el Ramo 23 se debe castigar a los responsables, no a las entidades federativas, a las regiones o a los municipios como el nuestro… La medida para saber si las cosas van bien o si solo es el canto las sirenas, es simple, los niveles de pobreza son la respuesta.