Published on septiembre 6th, 2019 | by lavozsur
0Trasladaron a Guzmán a muertos y heridos por enfrentamiento en límites con Michoacán
CIUDAD GUZMÁN, JAL., (ES).- La tranquilidad de la confluencia del Tianguis Municipal y el Hospital Regional fue interrumpida por un aparatoso despliegue de seguridad, la tarde del viernes 30 de agosto.
Unidades de la Guardia Nacional, Fuerza Única Regional y de la Secretaría de la Defensa Nacional se apostaron a las afueras del hospital; su propósito era resguardar el ingreso y estadía de 11 personas lesionadas (10 masculinos y una femenina), provenientes de los límites de Jalisco con Michoacán, según se supo horas después.
De acuerdo con la Fiscalía General del Estado de Michoacán, desde la mañana de ese mismo viernes se reportaron varios enfrentamientos armados entre civiles en la colindancia de los municipios de Tepalcatepec y Jilotlán de los Dolores, Jalisco.
En la zona, de acuerdo con la dependencia, se localizaron casquillos percutidos calibre 50, .223 y 7.62 milímetros. En videos que circularon a través de internet, se observan varias camionetas abandonadas con huellas causadas por armas de alto poder.
El número de fallecidos, nueve en total, causó algunos conflictos entre autoridades michoacanas y jaliscienses, pues los cadáveres baleados quedaron esparcidos en jurisdicciones distintas.
En territorio purépecha fueron levantados cinco cuerpos; mientras en Jalisco quedaron cuatro, los cuales fueron llevados al Servicio Médico Forense de Ciudad Guzmán el sábado 31 de agosto.
Aunque no se aclaró si existía relación, en esa misma fecha el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses emitió dos alertas de servicio social para la identificación de personas fallecidas que habían sido trasladadas a su morgue guzmanense desde Jilotlán.
De uno, según informaron, se calculaba una edad entre los 25 y 30 años; como señas particulares contaba con varios tatuajes: una araña, un cráneo, el nombre “Kevin”, así como las leyendas “Vatos Locos” y “Perdóname mucho por mi vida loca”.
El otro occiso proveniente de Jilotlán aparentaba de 20 a 25 años, y se distinguía por un tatuaje con el nombre “Yatziri”.
Sobre el móvil del enfrentamiento, el cual tuvo una réplica más ligera el lunes 2 de septiembre, la Fiscalía de Michoacán presume que se trató de una rivalidad entre dos grupos del crimen organizado, uno de ellos originario de Jalisco.