Punto por Punto – Aumento al Transporte Público y la Complicada Elección que se Avecina
Las buenas noticias anunciadas sobre la ampliación de rutas de camiones Mi Transporte en Ciudad Guzmán y la zona conurbada no van a ser de todo halagadoras, pues traen consigo un incremento que en el caso de Zapotlán llega casi al 50 por ciento.
Según las propias declaraciones del gobernador Enrique Alfaro en su más reciente visita a Ciudad Guzmán, en las próximas semanas habrá más rutas y camiones, incluso con la posibilidad de conexión sin costo extra para llegar a Zapotiltic y Gómez Farías, pero lo que no mencionó es que el costo del pasaje será igual al de la Zona Metropolitana de Guadalajara, 9 pesos con 50 centavos, y si le agregamos la queja recurrente en la perla tapatía de que los choferes o las ventanillas expendedoras nunca tienen cambio, el costo será de 10 pesos.
El regalito de año nuevo ya está en puerta, se tiene contemplado que en un par de meses se termine el reordenamiento de las rutas, y a partir de marzo se estaría aplicando el incremento, que seguramente, va a ser un duro golpe para la economía de los guzmanenses.
Y es que si bien el programa Mi Transporte Jalisco busca cambiar a fondo este servicio con nuevas unidades, capacitación para los choferes y eficiencia en el servicio, para el caso de Ciudad Guzmán se debería tomar en cuenta que las distancias son muy diferentes a las de la Zona Metropolitana de Guadalajara.
Según el propio Gobierno de Jalisco, la tarifa tiene un enfoque social, pero hay que insistir en el tema de las distancias y en base a ello regular el transporte en Ciudad Guzmán, no solo de los camiones urbanos, también de los taxis que nunca han contado con taxímetros y cobran la tarifa que les viene en gana.
Y es que si se habla de sensibilidad, el gobierno estatal y los alcaldes deben tenerla tanto en la parte social como en la política; no debe olvidar la escuadra naranja que están a tan sólo 18 meses de la próxima elección y que será sin duda de las más complicadas que hayan enfrentado…
Primero porque los partidos que le ayudaron en el anterior proceso (PAN y PRD) han quedado pulverizados y la inmensa mayoría de sus miembros han migrado a otras organizaciones; pero además, vienen nuevos organismos políticos a participar en la elección que si bien no tienen ninguna posibilidad de triunfo, sirven para quitar votos y con ello inclinar la balanza hacia determinado partido.
Segundo, porque Morena buscará a toda costa no solo mantener su mayoría en el Congreso y el Senado, pero también quiere gobernar la mayoría de los estados y sus municipios y utilizarán todos los recursos y artimañas a su alcance al más puro estilo priísta.
Tanto en las alcaldías como en las diputaciones local y federal en la pasada elección Morena quedó en un muy cercano segundo lugar; su único rival es sin duda Movimiento Ciudadano y solo esos dos partidos se estarán peleando las posiciones de poder.
No se pueden conformar con el hecho de que el Gobierno Federal haya cerrado la llave para el Ramo 23 y no esté ejerciendo obra pública en los municipios, pues tiene en su clientela a millones de beneficiarios con programas sociales que seguramente sabrán agradecer el día de la elección esos depósitos que les llegan a uno, dos y hasta tres miembros de una misma familia.
La película del cambio no ha pasado de moda, sigue clara y millones de personas lo están percibiendo al menos en sus bolsillos, que en ésta época de crisis puede ser quizá la percepción más importante.
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