Published on junio 8th, 2021 | by lavozsur
0*Sobre Ética y el Triunfo de Alejandro Barragán
La llegada de una nueva corriente política al gobierno de Zapotlán el Grande debe ser una oportunidad para dejar de lado los viejos vicios de los partidos tradicionales y de una vez por todas honrar el cargo que se les confiere, pues ya es hora de que el Ayuntamiento deje de ser una agencia de colocaciones y sobre todo, una beca o un centro de negocios para familiares y amigos.
En la antigüedad, el instrumento fundamental para formar a los hombres de gobierno era la Ética, por eso se crearon grandes tratados sobre este tema como el Código Hammurabi, que señala los principios que deben guardar los ocupantes de cargos públicos; también están los preceptos chinos sobre la conducta pública; las Obras Morales de Plutarco, las de Ética de Aristóteles o Los Principios del Rey Asoka.
La ética es una herramienta poderosa que forma la conciencia de los hombres y desarrolla plenamente su capacidad de juicio, pero desafortunadamente es un valor que se ha olvidado en épocas recientes provocando la pérdida de aceptación en el electorado y una enorme desconfianza en las instituciones públicas.
Es claro que en Zapotlán y en los municipios sureños se han registrado casos de corrupción, abuso de autoridad y tráfico de influencias que han provocado un lento desarrollo en nuestro municipio, y por ello, las promesas del candidato triunfador no pueden convertirse en palabras que se lleve el viento.
Porque hay que decirlo bien claro, la planilla del virtual ganador Alejandro Barragán no es precisamente una de las mejores conformadas, pues más que individuos con actitud de servicio, se rodeó de operadores políticos, gente que al final de cuentas cobra su colaboración mediante concesiones o posiciones en la administración pública municipal.
Lo mismo ocurre con varios de sus seguidores, quienes han conocido por medio de otros partidos las bondades de la burocracia y por ello buscaron nuevas alternativas para colocarse otra vez en la nómina municipal.
Siempre he dicho que gobernar un pueblo es la mejor oportunidad de ayudar a quienes más lo necesitan, de retribuir lo que una ciudad noble nos ha dado y de mejorar nuestro entorno, pero desafortunadamente ha habido alcaldes que no tienen esa visión y por el contrario, solo buscan una forma de enriquecerse, de conformar grupos políticos y de catapultarse de un cargo a otro por el resto de su vida.
Barragán no es la excepción, acumula ya 5 años en la nómina municipal y los resultados no han sido los mejores, un hecho que debe empujarlo a marcar una diferencia seria frente a sus antecesores.
Está por un lado el cumplimiento de sus promesas de campaña, que en algunos puntos va a estar complicado su consolidación pues el gobierno federal ha mostrado poco interés en impulsar el desarrollo incluso en las entidades gobernadas por sus partidarios y en el ámbito estatal al convertirse Zapotlán en un municipio gobernado por la oposición no es extraño que limite los apoyos.
Luego viene el tema de los compromisos de campaña; hay que insistir, Alejandro Barragán se rodeó de operadores de otros partidos cuya virtud no es precisamente servir, sino aprovecharse del cargo.
Por eso, hoy habrá que recordar al candidato ganador y al equipo que le acompaña la frase del escritor Francisco Alarcos Martínez: “Quienes son o pueden llegar a ser capaces de ejercer este arte tan difícil y tan noble que es la política, prepárense para ella y procuren ejercitarla con olvido del propio interés y de toda ganancia banal. Luchen con integridad moral y con prudencia contra la injusticia y la opresión, contra la intolerancia y el absolutismo de un solo hombre o de un solo partido político; conságrense con sinceridad y rectitud, más aún, con caridad y fortaleza política, al servicio de todos”.