Los Alcaldes que Endeudaron a sus Pueblos
Ya se acerca la temporada en la cual, los alcaldes tienen que rendir cuentas a la ciudadanía mediante un informe de actividades, peeeero desafortunadamente, en el Sur de Jalisco la mayoría de los ediles no tienen actividades suficientes para cumplir con ese compromiso.
Y peor aún, varios mandatarios en el Sur de Jalisco enfrentan serios problemas financieros que incluso rayan en el desfalco de las arcas municipales, lo que puede significar un serio problema ya que el endeudamiento se puede arrastrar por varios años.
Ahí está el caso de Tuxpan, donde incluso la alcaldesa Claudia Gil tuvo que contratar un despacho privado para auditar a la Hacienda Municipal y los resultados son alarmantes, pues presenta retrasos de casi un año en la actualización de la cuenta pública, lo que pone en riesgo la recepción de recursos por parte del Congreso de Jalisco.
Esta situación ha provocado serios conflictos al interior del Gobierno de Tuxpan, donde la alcaldesa pretende lavarse las manos al lanzar la papa caliente y culpar de las omisiones a los encargados de la Hacienda Municipal, pero no es así, pues es ella, sin duda alguna, es la principal responsable del manejo del Ayuntamiento y con ello, de los recursos públicos municipales.
Como ejemplo del mal manejo financiero, basta decir que, al tercer trimestre del año pasado, Tuxpan tenía una deuda superior a los 870 millones de pesos, mientras que Zapotlán el Grande está endeudado con alrededor de mil 316 millones de pesos según cifras del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados.
Por su parte, el municipio de Gómez Farías, encabezado por el alcalde Néstor de la Cruz, tiene adeudos bancarios del orden de los 23 millones de pesos, pero su problema principal son los proveedores, que, al parecer, se van a quedar sin cobrar por sus servicios.
En el caso de Claudia Gil, a pesar de los serios problemas que enfrenta el municipio de Tuxpan, la presidenta logró la reelección gracias a la oleada de Morena en el proceso electoral del pasado 2 de junio, por lo que puede tener tiempo de enmendar la situación financiera de su municipio, aunque hay que reiterarlo, con el riesgo de perder participaciones estatales si no atiende de manera oportuna la rendición de cuentas al Congreso.
El caso de Gómez Farías es aún más grave, pues el alcalde Néstor de la Cruz ya está haciendo maletas y deja detrás un ramillete de promesas incumplidas y deuda pública y privada, donde, seguramente, los proveedores se van a quedar sin cobrar por sus servicios.
Y es que Néstor de la Cruz no tuvo el mejor desempeño en su administración, y prueba de ello fue la desaprobación de su pueblo en el pasado proceso electoral…
Néstor no cumplió sus promesas de construir un malecón que presumía quedaría terminado gracias a su compadrazgo con el gobernador Enrique Alfaro; tampoco la de regularizar el abasto de agua potable en la cabecera municipal y sus delegaciones, o la reparación de los caminos a comunidades como El Corralito y El Rodeo.
Sin duda, ante este tipo de situaciones el Congreso de Jalisco debería ser más estricto con el manejo financiero de los Ayuntamiento y de los alcaldes, quienes a estas alturas piensan que gobernar un municipio es tener una cartera ancha para emplear a familiares y amigos, y para utilizar el recurso público a criterio personal… olvidando por completo que no es su dinero, y que deben cuidarlo de forma cabal.
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