Published on febrero 21st, 2016 | by lavozsur
0Bitácora Semanal, Sábado 20 de febrero de 2016
Por Alfredo Pérez Díaz
LA NOTICIA: El Papa Francisco visitó México, donde confortó a miles de enfermos que se le acercaron en sus recorridos o lo esperaron pacientemente frente a la residencia del Nuncio Apostólico y bendijo a cientos de miles de feligreses, pero desafortunadamente no pudo o no se le permitió dedicar unos minutos para consolar a los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa cuyo paradero se desconoce desde hace año y medio.
En tanto que la PGR sigue buscándole vueltas a la “verdad histórica” puesta en evidencia por los expertos del Grupo Interamericano de Expertos Independientes (GIEI) y del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), y gana tiempo para que concluya la estancia en México del grupo enviado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), pero entre los invitados a la recepción del sumo pontífice en Palacio Nacional estaba el ex procurador Jesús Murillo Káram.
En una conferencia de prensa que ofreció en San Cristóbal de las Casas, ante las constantes preguntas de los periodistas, el vocero del Vaticano, Federico Lombardi criticó “que se intente presionar al papa Francisco para que se reúna en audiencia privada con los padres de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa” y dijo que “es un poco extraño que presione al Papa sobre lo que tiene que hacer”.
El religioso defensor de migrantes Alejandro Solalinde le dijo a la periodista Carmen Aristegui que “las personas del gobierno y del alto clero sólo permitieron el acceso a Jorge Bergoglio a conocidos de ellos, por lo tanto “da la impresión de que hubieran privatizado al Papa”. Y sí, se repartieron casi 900 mil boletos para asistir a los actos del Papa, pero según las crónicas, “los lugares cercanos fueron para políticos y personas pudientes, y el pueblo estuvo distante o haciendo valla en las calles que fueron remozadas y fueron retirados los pordioseros y otras personas de la calle, incluso vendedores ambulantes, para que todo se viera limpio y en orden”. Puro primer mundo, nada de mugre o pobreza a la vista; incluso en Ciudad Juárez, fueron eliminadas las cruces que recordaban a las víctimas de los feminicidios.
EL COMENTARIO: Siguiendo el tema de la canción “Llena de luz la obscuridad”, en altos círculos políticos y religiosos llegaron a la conclusión de que la visita papal era ocasión propicia para “un borrón y cuenta nueva”, y sí, todos deseamos dejar atrás la corrupción y la violencia que azota al país, pero no es cerrando los ojos a ella, colocando fachadas hermosas, conformándonos con rezos en vez de buscar a los desaparecidos o volteando la mirada a otra parte, sino con acciones reales de justicia. Recordemos el sabio refrán que dice: “Aclarando amanece”. Hubo muchos “meme” y opiniones críticas.
LA NOTICIA: Había gran preocupación por la seguridad del Papa, que se acentuó cuando el piloto del avión papal reportó que la nave había sido apuntada desde tierra con un rayo lasser. ¡Imaginen si algún loco hubiese intentado dañarlo, si el sólo jalón de un feligrés, que casi lo hizo caer -cosa que evitó uno de los elementos del Estado Mayor- en el estadio Morelos de la capital michoacana se convirtió en noticia mundial!
EL COMENTARIO: Vale, pero la seguridad fue exagerada a grado tal que no le permitían entrar al Zócalo al jefe de Gobierno capitalino, Miguel Mancera, para la tradicional entrega las llaves de la Ciudad al ilustre visitante, y debido a los “filtros y controles”, el Zócalo no alcanzó a llenarse, mientras miles de personas trataban de llegar desde las calles aledañas… también pareció exagerada la colocación de un elemento de seguridad cada cinco metros a lo largo de sus recorridos por tierra: 30 mil en la capital del país, que tuvieron que permanecer durante horas antes del paso del Papa.
LA NOTICIA: Francisco es el primer papa que ingresa al Palacio Nacional, donde el presidente Enrique Peña Nieto le ofreció la recepción oficial como Jefe del Estado Vaticano, lo que hizo especular a algunos que “el estado laico estaba en pausa” o que de plano “ya pasó a la historia”. El Papa habló fuerte y claro: dijo que “cada vez que se busca el camino del privilegio o beneficios de unos pocos en detrimento del bien de todos, tarde o temprano la vida en sociedad se vuelve terreno fértil para la corrupción, el narcotráfico, la exclusión y la violencia”.
Llamó a dar a la gente oportunidades de ser dignos actores de su propio destino y dar acceso efectivo a los bienes materiales y espirituales indispensables: vivienda adecuada, trabajo digno, alimentos, justicia real, seguridad efectiva, un ambiente sano y de paz; a construir una política auténticamente humana y una sociedad en la que nadie se sienta víctima de la cultura del descarte. En su discurso, el primer mandatario dijo que el actual es “un momento de cambios propicio para las oportunidades, pero también de incertidumbres y donde se enfrenta el constante dilema de hacer el bien, ser indiferentes o dejarse llevar por el mal”; que “a los gobiernos corresponde crear las condiciones para asegurar un piso básico de bienestar y en lo espiritual, las religiones deben mantener la promoción de la esperanza, la solidaridad, la fraternidad y el amor. De ahí la importancia de tener un Estado laico, como el mexicano, que al velar por la libertad religiosa, protege la diversidad y la dignidad humana”… El presidente subrayó el carácter laico del Estado mexicano, pero al despedir al Papa en palacio le dijo: “En las calles, en los estadios que visitará, se encontrará con un pueblo generoso y hospitalario; con un pueblo orgullosamente guadalupano” y al día siguiente, acudió con su esposa a la misa en la Basílica de Guadalupe y comulgó ante las cámaras de televisión.
EL COMENTARIO: Al acto asistieron los integrantes del gabinete, los gobernadores, los poderes Legislativo y Judicial, y con excepción del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), los líderes de los partidos políticos, aunque ninguno se dio por aludido en el mensaje papal; todos aplaudieron con entusiasmo y olvidaron las formas, pues la clase política mexicana “moría” por estrechar la mano del Papa, que los vieran “de a pechito” con él, tomarse una “selfie” a su lado -como lo hizo el secretario del Trabajo, Alfonso Navarrete en la Basílica de Guadalupe-, de plano envolverse en su manto de popularidad y hubo algunos -concretamente los gobernadores de Chiapas, Manuel Velasco; de Nayarit, Roberto Sandoval o de Sonora, Claudia Pavlovich-, que se hincaron para besar la mano del pontífice o rezar ante su elevada persona, a lo cual tendrían derecho sin duda alguna como ciudadanos, en lo privado, pero no con la investidura oficial y menos en un acto público.
LA NOTICIA: Luego, en la Catedral Metropolitana, se reunió con 165 obispos, arzobispos y cardenales a quienes reprochó asumir “actitudes de príncipes” y “escaso compromiso frente a los males sociales que aquejan a México, en especial el narcotráfico” Los llamó a “comprometerse a fondo por la justicia social y a no dejarse tentar por la seducción que ofrecen los recursos de los narcotraficantes y políticos”.
EL COMENTARIO: Dijo que no se debe menospreciar “el desafío ético y anti-cívico que el narcotráfico representa para la juventud y para la entera sociedad mexicana, comprendida la Iglesia”; que “el tráfico de estupefacientes tiene la capacidad de extenderse como una enfermedad y, ante ello, los ministros católicos deben tener la habilidad y el arrojo necesario para guiar a sus comunidades y actuar para ayudar a reconstruir el tejido social”.
LA NOTICIA: En Ecatepec, el Papa habló sobre las tentaciones de Jesús y las adaptó a nuestra realidad como “las tentaciones que buscan arruinar y degradarnos. La primera es la riqueza, como tener el pan a base del sudor del otro, a la explotación que provoca el dolor, la amargura y el sufrimiento”. Y enfatizó que “la riqueza mal habida también se adquiere por la vía de la corrupción. El pan en una sociedad corrupta es un pan sucio que se da de comer a los propios hijos”.
EL COMENTARIO: El pontífice visitó el hospital pediátrico “Federico Gómez”, donde brindó aliento a unos 70 niños que padecen enfermedades incurables, les obsequió su foto, rosarios, los besó en la frente y recibió dibujos de ellos, subrayando los benéficos efectos de la “Cariñoterapia” y escuchó el Ave María en la bella voz de una pequeña víctima de cáncer.
LA NOTICIA: Y a 20 años de los acuerdos de San Andrés Larráinzar -que el gobierno mexicano firmó con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y luego los incumplió-, el Papa Francisco viajó el lunes a San Cristóbal de las Casas -que lleva el nombre de Fray Bartolomé de las Casas, acaudalado español quien renunció a su encomienda, luego se convirtió en fraile, cronista, filósofo, teólogo, jurista, primer obispo de Chiapas (1543) y autor de la “Brevísima relación de la destrucción de las Indias”, gran protector de los indios y precursor de los derechos humanos-, y en una misa que ofició en la catedral de esa población, dijo que “tenemos mucho que aprender de los indígenas, que han sido incomprendidos y excluidos de la sociedad. Algunos han considerado inferiores sus valores, sus culturas, sus tradiciones. Otros, mareados por el poder, el dinero y las leyes del mercado, los han despojado de sus tierras o han realizado acciones que las contaminan”; llamó a hacer un examen de conciencia y aprender a decirles “perdón, perdón, hermanos. El mundo de hoy, despojado por la cultura del descarte, los necesita a ustedes” y entregó un decreto por el cual quedan formalmente autorizadas las ceremonias litúrgicas en lenguas autóctonas.
En esta visita, oró ante la tumba del desaparecido obispo Samuel Ruiz, quien en su tiempo fue satanizado por su firme postura en defensa de los indios y quien desempeñó un importante papel como mediador para detener la guerra en Chiapas. Aunque discreto, fue sin duda un reconocimiento póstumo.
EL COMENTARIO: En el estadio Morelos de Michoacán donde se congregaron unos 40 mil jóvenes, antes de la llegada del Papa, el maestro de ceremonias aludió a “los 43” normalistas de Ayotzinapa, ante lo cual, cientos de seminaristas iniciaron una cuenta hasta llegar a 43. Luego, el sumo pontífice llamó a los jóvenes “a no dejarse excluir, desvalorizar, tratar como mercancía, a no ser sicarios. A no perder la dignidad ni a dejarse, insistió, a dejar sobar el lomo por nadie. No sean mercadería para los bolsillos de otros. Mercenarios de ambiciones ajenas. Es mentira que la única forma de vivir, de poder ser joven, es dejando la vida en manos del narcotráfico o de aquellos que lo único que hacen es sembrar destrucción y muerte”. Ahí estaba, por cierto, el iniciador de la guerra contra las drogas, el ex presidente Felipe Calderón.
Hay más, pero se nos acaba el espacio. Nos vemos la semana próxima.