Published on abril 10th, 2020 | by lavozsur
0Breveriando – Escapando de la Utopía
En cuanto nos dimos a la fuga de aquella prisión, el plan de escape fue desperdigarnos a cualquier sitio. Yo tome el lado norte, rumbo al camposanto.
El ritmo de mis pasos producía ruido al pisar las hojas, la oscuridad de esa noche era más espesa que de costumbre, los grillos observaban mi desesperación por escapar de las garras que me tenían cautivo, volteaba hacia atrás para verificar que nadie siguiera mi rastro, corrí y camine tanto que no me percaté que ya estaba en las puertas del cementerio; su fachada era taciturna y lúgubre. En ese momento no pensaba en nada, estaba muy agitado de correr sin descanso. Me oculté detrás de un árbol para no ser descubierto y descansé, dejando de lado la decisión de entrar al panteón; lugar donde sé, nadie se atrevería a buscarme.
No me quedaba de otra que escalar la barda, un minuto más tarde y ya estaba en aquel recinto macabro lleno de sepulcros, que buena bienvenida. Sin pensarlo dos veces me sumergí en aquel sitio tétrico, llevando conmigo un valor inmenso iba caminado cautelosamente, con mucha precaución de no caer en el interior de una tumba abierta. La oscuridad me acechaba perversamente, no me permitía ver más allá del área. Sólo alcanzaba a identificar de cerca los mausoleos.
La noche se hacía chica y yo andaba torpemente. Si pudiera imaginar una linterna… Tal como lo hice con aquella ganzúa con la que abrí la celda. Pero ¿Cómo imagine esa llave? debe de haber una manera… sólo recuerdo que me emocioné más de lo normal; gozaba y reía sin saber el motivo. Eso no bastaba… había otra cosa más, otro ingrediente que estaba oculto en mi raciocinio, eso creía, entonces cerré los ojos y cuando los abrí ya no estaba en el cementerio. Fue increíble. Más allá de la razón, simplemente pensé en una transportación.
Ahora, en estos instantes me encuentro en estas letras que estás leyendo en este momento. Me estoy habituando aquí, a mi nueva casa de letras.