Con el Chamaco Atravesado y el Zapotlán que no Queremos
1.- Al presidente municipal Alejandro Barragán todo le está saliendo mal, es más, pareciera que trae el chamaco atravesado pues primero, le quitaron la oportunidad de buscar la reelección y luego, el municipio registra una de las balaceras más intensas en su historia reciente.
Y no solo eso, las pocas obras que llevó a cabo durante su administración, no lograron convencer a la ciudadanía, y por el contrario, fueron sumamente polémicas e incluso, en casos como el Parque de Agua en la colonia Gándara Estrada, evidenciaron serios actos de corrupción ya que la obra era para solucionar un problema de inundación en un fraccionamiento propiedad de dos funcionarios del Gobierno de Zapotlán.
Y es que lo más sencillo para continuar su carrera política era sin duda alguna buscar la reelección, pues a pesar de no haber cumplido con promesas de campaña como la eliminación de las concesiones de la basura y el alumbrado público (que fueron las propuestas que lo llevaron al triunfo) logró cerrar su administración en los últimos meses con obras de pavimentación que fueron bien tomadas por la sociedad.
Así las cosas, la sorpresa para el joven político fue cuando la alianza Morena-PT-Verde-Hagamos-Futuro decidió forzar la candidatura de Pedro Kumamoto a la alcaldía de Zapopan, para lo cual, cambiaron a los candidatos por mujeres y con ello cumplir el tema de la paridad de género, donde quedó fuera Barragán como aspirante a repetir en el cargo.
Como premio de consolación le dieron la candidatura a diputado federal en el Distrito 8, perteneciente al municipio de Guadalajara, donde es totalmente un desconocido y, sobre todo, donde no contará con un equipo de servidores públicos que dejen sus funciones con goce de sueldo en el Ayuntamiento para irse a hacer campaña.
Y peor aún, Barragán solamente figuró en la capital del estado por el escandaloso enfrentamiento a balazos que se registró en Ciudad Guzmán durante 40 minutos el viernes 16 de febrero… el mandatario andaba en Guadalajara tratando asuntos electorales, su policía brilló por su ausencia en los lamentables hechos y a su regresó se limitó a declarar que el municipio estaba en calma…
2.- Desde el viernes primero de mayo del 2015, Zapotlán el Grande no había registrado hechos de violencia como los que se suscitaron el viernes 16 de febrero del 2024, donde todo el municipio vivió horas de angustia al registrarse bloqueos en los ingresos a la zona urbana y balaceras que duraron alrededor de 40 minutos, una situación sin duda preocupante pues es una muestra de que el municipio ha dejado de ser una entidad tranquila y enfrenta un grave proceso de descomposición.
La situación de ninguna manera puede ser justificada como un hecho aislado ya que, por un lado, las autoridades federales y municipales no se preocuparon por la seguridad de la ciudadanía, pues los hechos, se registraron en una hora pico, cuando los estudiantes estaban por salir de las escuelas, cuando los negocios estaban cerrando sus puertas y los empleados estaban por regresar a sus viviendas.
Es el Zapotlán que no queremos, el que refleja una pésima imagen para las pequeñas y medianas empresas que por años han sostenido la economía del municipio; el de gente honesta y trabajadora que no merece, sin duda alguna, vivir en la zozobra y con el miedo de ser alcanzada por una bala en cualquier momento.
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