El final de las administraciones, las peleas por los puestos públicos y las carreteras chafas
Todos de la mano:
Como dice la canción, el final se acerca yaaaaaa…. Y ya los regidores del Ayuntamiento andan sintiendo pasos y por ello (ahora sí) se portan muy amables con todo mundo, saludas a diestra y siniestra como queriendo quedar bien.
Peeeero, esa amabilidad se debió haber dado en sus tres años de gestión como representantes de la ciudadanía, y más aún, no precisamente con saludos, sino con un buen desempeño ya que muchos de ellos como lo hemos venido diciendo, brillaron por su ausencia en muchísimas sesiones y sobre todo, presentaron muy pocas iniciativas.
Es un fenómeno muuuy curioso, que cuando acceden al poder se confunden piensan que son miembros de la realeza, cuando en realidad son ser-vi-do-res pú-bli-cos cuyos sueldos salen de los impuestos de la ciudadanía.
Llega la nueva camada:
Precisamente por eso el nuevo cabildo que estará iniciando funciones desde las 12 de la noche del primero de octubre debe poner los pies en la tierra y entender que se trata de un empleo, no de un premio.
Deben están conscientes de que su función es propiciar el bien común entre los guzmanenses e impulsar el desarrollo armónico de la ciudad, así que deben entender muy bien que son servidores públicos, no miembros de la realeza, como piensan los servidores públicos que cada tres años llegan al ayuntamiento.
De lo contrario, les va a ocurrir eso que tanto pregona en estos días el prejidente de la República: “el pueblo pone y el pueblo quita”.
Pelea por el poder:
Donde hay una bronca de poder es en los sindicatos del Ayuntamiento, donde ambos dicen ser los buenos pero el trasfondo del asunto es un pleito por el manejo de plazas para ingresar nuevos sindicalizados.
Es una situación en la que buscan agregarles unas 150 plazas al Gobierno de Zapotlán y los dos sindicatos quieren que los empleados les deban el favor, ya que al final de cuentas el ser sindicalizado es algo así como tener una beca de por vida.
La del estribo:
La buena noticia es que Zapotlán fue incluido en la declaratoria de desastres y podrá recibir recursos para solucionar los problemas causados por el huracán Nora… la mala, que muchas de las obras que resultaron dañadas tenían muy poco tiempo de haber sido inauguradas.
Tal es el caso de la carretera que va a San Gabriel, donde se realizó una inversión millonaria al considerarla “la carretera más dañada de Jalisco”, y donde le metieron 383 millones de pesos para que solamente durara ¡3 meses!
Pero eso sí, apenas en el mes de junio todos los políticos fueron y se tomaron fotos en el reluciente camino, presumiendo inversión histórica y una obra según ellos de primer mundo, pero toiiing ¡a los pocos meses que se derrumba!
Y ojo, porque una situación similar ocurrió en la carretera en Jilotlán de los Dolores, donde supuestamente se había terminado el suplicio para los vecinos de esa vía y también hubo derrumbe.
Sayula ni se diga, todo mundo acudió a la reparación del camino después de que se agrietó y una semana después ya estaba otra vez cerrada.
La cosa está en que para los políticos puede ser cosa menor el gasto millonario de recursos, ¡ellos no lo pagan!, pero habrá que estar más atentos a estos problemas porque hay de dos sopas: o están haciendo obras chafas a sobreprecio, o los contratistas les están viendo la cara.
Porque si no es así, hay que preguntarnos, ¿Como que es mucha lana la que se está invirtiendo para que las obras duraran tan poquito no?
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