Published on mayo 24th, 2024 | by lavozsur
0El Peso de Sustituir a un Demagogo
Cualquiera que hubiera sido el sustituto de Alejandro Barragán en la candidatura a la presidencia municipal de Zapotlán el Grande habría tenido serios problemas, pues el malogrado alcalde, dejó una herencia de promesas incumplidas, una infladísima nómina gubernamental y obras adjudicadas a funcionaros del propio Ayuntamiento.
Barragán había estado buscando ser presidente municipal desde hace más de una década, lo intentó a través de partidos como Movimiento Ciudadano, Fuerza por México, Nueva Alianza, el Partido Encuentro Social y lo logró por el Partido del Trabajo, luego de crear una enorme expectativa que al final resultó un tremendo fiasco con un nepotismo desbordado, adjudicación de obras para funcionarios del Ayuntamiento que tienen empresas en el ramo de la construcción y una nómina sumamente inflada.
En esa promesa de cambio, Barragán se fue de boca al prometer en su campaña la construcción de un puerto seco en Zapotlán, así como el retiro de las concesiones del alumbrado público y la recolección de la basura, que fueron establecidas de forma irregular por su antecesor Alberto Esquer.
Pero no ocurrió así, no se dio terminación a las concesiones y el parque seco nunca llegó… peor aún, la nómina gubernamental creció desmesuradamente con trabajadores emanados principalmente del PRI que hoy incluso ya tienen plaza y son sindicalizados.
El problema es que quien fuera que hubiera sustituido a Barragán, se hubiera topado con la misma situación, una herencia de promesas incumplidas, una nómina inflada con funcionarios cuyo único mérito fue pegar lonas en campaña y una ciudad donde la inseguridad, el mal estado de las calles y la falta de planeación han sido la insignia que marcaron la actual administración municipal.
Tampoco defendió los intereses de la ciudadanía, pues en su administración, se registraron dos avalanchas de agua y lodo provocadas por ollas ubicadas en la montaña oriente donde no hubo sanción alguna para los culpables.
De las pocas obras que llevó a cabo, una, ubicada en el ingreso poniente de la ciudad, disgustó a propios y extraños e incluso los colegios de arquitectos e ingenieros civiles advirtieron que estaba mal planeada… la otra, un hospital en la zona norte de la ciudad, ya fue inaugurado, pero hasta la fecha no ha entrado en funciones.
Por eso podemos asegurar que cualquiera de sus sucesores hubiera sido señalado como heredero de esa antipatía hacia el pueblo que gobierna, y este año, la papa caliente le tocó a Magali Casillas, una funcionaria que presta sus servicios en el Gobierno de Zapotlán desde los 16 años, tiene una trayectoria intachable en el servicio público y por ello, habrá que ver hasta donde incide esa andanada provocada por políticos a quienes habrá que cuestionarles si realmente están buscando culpables, o simplemente quieren quitar las piedras del camino en su recorrido hacia la presidencia de Zapotlán.