Published on diciembre 2nd, 2016 | by lavozsur
0En visita por Ciudad Guzmán, López Obrador promete acabar con la corrupción en 2018
CIUDAD GUZMÁN, JAL., (ES).- “A mí pueden llamar peje… pero no soy lagarto”, así le respondió Andrés Manuel López Obrador (AMLO) a un automovilista guzmanense que lo llamó “ratero” en un mitin desarrollado en la Plaza Principal, donde el líder nacional del Movimiento de Regeneración Nacional tildó a la corrupción como el mayor cáncer que padece México.
Al mediodía del sábado 26 de noviembre, López Obrador se pronunció ante un millar de simpatizantes del Distrito 19, donde puso en letras mayúsculas a la corrupción de los políticos como el blanco principal de sus críticas; “un cáncer” que, dijo, es necesario acabar por el bien del campo, la educación y el empleo.
“La corrupción es el principal problema, es el cáncer de México. Pero nosotros tenemos el diagnóstico y la solución para combatirlo”, afirmó el dos veces candidato a la Presidencia de la República.
Calculó que anualmente los políticos se roban alrededor de 500 mil millones de pesos, el 10 por ciento del Presupuesto de Egresos de la Federación. Con ese dinero, el dirigente nacional de Morena aseguró que podría rescatarse el abandono del campo y construirse más escuelas públicas para evitar que los jóvenes sigan siendo rechazados en las universidades.
“La única alternativa que tenemos para combatirla es cortar de tajo la corrupción, y ahorrar ese dinero para financiar el desarrollo. Tenemos que moralizar a México”, expresó AMLO al referirse a su propuesta de gobierno en caso de ganar la elección federal de 2018.
Durante la conferencia pública, también criticó el incremento excesivo de la deuda pública federal que los que fueron sus competidores en la carrera presidencial han registrado.
“Cuando Felipe Calderón nos robó la presidencia la deuda pública estaba en 1 billón 700 millones de pesos; Calderón la dejó en 5.2 billones y Peña Nieto la tiene ya en 9 billones 200 millones de pesos”, precisó.
Así mismo, sostuvo que el problema está en la cúpula de la política nacional pues si el presidente de la República es corrupto, provocará que gobernadores y alcaldes sigan su ejemplo.