Inflación que Deja un mal Sabor de Boca
En el ocaso del sexenio del presidente López Obrador comienza a sentirse un ambiente de zozobra sobre todo por la escalada de precios que se registrado en las últimas semanas, con una inflación que ya alcanzo el 8.76 por ciento.
A decir de los expertos, México está enfrentando la peor escalada de precios en los últimos diez años, sobre todo en los productos de consumo básico que, en algunos casos, han subido hasta el 24 por ciento en el último mes.
La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC), alertó que el hecho de que de que el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), se encuentre en niveles no vistos en varios años, está afectando seriamente el poder de compra de los mexicanos.
Según los expertos, las presiones sobre los precios que enfrenta la población son resultado, ante todo, de los rezagos productivos que vienen de muchos años atrás y del encarecimiento de productos importados, como granos básicos, gasolina, gas y fertilizantes.
Afirman que hay dos razones por las cuales está pasando esto; la primera es que los precios de los energéticos, granos y algunos suministros importantes de las cadenas de producción han aumentado por el conflicto armado en Ucrania y las complicaciones derivadas de las restricciones de las actividades económicas en China ante el nuevo brote de la Covid-19; la otra es que el comportamiento de la economía a nivel local está relacionado con el ciclo económico de la inflación, ya que al inicio de año los precios suben relativamente poco, luego bajan y en el periodo que va de abril a junio vuelven a subir aún más debido a un aumento en la demanda de bienes y servicios.
Pero, sobre todo, hay que decir que el precio de las gasolinas está por los cielos y esto es lo que está provocando esa alarmante inflación que afecta seriamente el bolsillo de los mexicanos, pues esta semana, la gasolina magna rayó los 27 pesos y la premium los 28.
Pero el mal sabor de boca no es solamente por el incremento de precios, pues a dos meses de su partida, el actual mandatario deja sin cumplir la mayoría de los compromisos a los que se comprometió al asumir el cargo.
No se redujo la pobreza extrema, la gasolina nunca costó 10 pesos, no bajó la energía eléctrica, no mejoró la seguridad en el país, no logró que el sistema de salud fuera como el de Dinamarca, pues no mejoró en absoluto la atención en el IMSS y el ISSSTE ni el abasto de medicamentos y no encarceló a los ex presidentes corruptos, entre muchas otras promesas incumplidas.
Muy probablemente, a la inmensa mayoría de los mexicanos el único compromiso que puede interesarle es el de la economía, que es, precisamente, donde más han resentido los hogares mexicanos y desde luego las empresas, que, en las últimas semanas, con el incremento del dólar, están padeciendo fuertes incrementos en la adquisición de sus insumos, lo que también es un detonante de la inflación.
Habrá que ver como avanza esa situación, y mientras tanto, tendremos que mantener la ilusión de esas promesas incumplidas que van desde el “México ya Cambió”, hasta el “Las Cosas ya no son Igual”.
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