Published on diciembre 19th, 2020 | by lavozsur
0La Historia de la Familia Ponce, una Vida Circense Durante la Pandemia
Por Ana Laura Orozco
CIUDAD GUZMÁN, JAL.,(ES).- Provenientes de Sinaloa y Michoacán, el circo de la familia Ponce lleva 9 meses varado en un terreno de la colonia Hijos Ilustres, sobreviviendo con el apoyo que les brinda la comunidad y manteniendo el ánimo, la alegría y la fuerza para salir adelante durante la contingencia sanitaria.
El equipo del periódico La Voz del Sur de Jalisco acudió hasta la zona ubicada detrás de la academia de policía, para encontrar a los más de 15 miembros de la familia Ponce, desayunando en una cocina que se improvisó al centro de la carpa.
A un lado, uno de los hijos de señor Hugo, soldando un puestecito de birria que atenderá la señora Cecilia para recolectar más dinero para alimentos, en el centro la señora Gloria preparándole el desayuno a sus cuatro hijos, y en el suelo perritos cachorros que se han convertido en parte de la familia.
“Este circo ya tiene 18 años, el padre de mi padre fueron los fundadores, somos de la familia Ponce. Somo varios circos de esta familia, unos andan por Nayarit, Sinaloa”, explica Marcos, uno de los hijos del señor Hugo.
El espacio donde se establecieron lo definen como una “mini ciudad”, donde los familiares se visitan con frecuencia, los niños acuden a distintos remolques a jugar y a veces, se ponen de acuerdo para comer juntos.
La llegada de la pandemia les ha puesto diversas pruebas, la primera fue la cancelación de sus show’s, su sostén de vida; la segunda, el quedarse varados a miles de kilómetros de casa; y la tercera, la búsqueda de alimentos para subsistir.
“Llevamos aquí desde marzo, nuestro último show fue en San Andrés de Ixtlán y después nos dieron este espacio para venirnos acá a Guzmán”, platica la señora Gloria desde el centro de su provisional cocina.
El Gobierno brinda educación especial para los niños de los circos, sin embargo; explica que, por ser impresiones a color, a veces llegan a gastar hasta 100 pesos por día, por lo que han dejado de imprimir tareas desde hace dos días.
Explica que es parte del circo desde que se casó, hace más de 15 años, en el show es acróbata y hoy en día, sus cuatro hijos también participan en el espectáculo: “Yo soy Marshall y el Oso”, comenta con ternura una de sus hijas más pequeñas.
Con familiaridad y amabilidad nos abrieron la puerta de sus remolques, espacios pequeños pero aseados y bien equipados, adornados con luces, escarcha y regalos navideños: “Vamos a hacer un intercambio entre toda la familia y una pequeña comidita el 24”, explica.
Las hermanas Lara venden tamales en el semáforo frente a la Cruz Roja, y birria en su domicilio temporal, próximamente se pondrá en la glorieta de la Zapotlatena, otros miembros del circo acuden a los semáforos a pedir cooperación para poder pagar las cuentas y los alimentos.
Al ingresar al remolque del señor Hugo nos encontramos con su esposa, una mujer de 57 años que meses después de llegar a la región enfermó, obligándole a ser un internada en un hospital.
“Desde que me casé comencé en el circo, yo tenía un número de cuchillos y de equilibrio que no se veía en otro circo de México; por mi salud hace más de 15 años que ya no participó en el show”, explica la señora María Lourdes desde el interior de su remolque.
“Nosotros vendemos palomitas y manzanas escarchadas por las calles, para salir adelante”, añadió.
Acostumbrados a estar de una Estado a otro, describen esta parada como tener las piernas y manos atadas “No podemos quedarnos en un solo sitio, nosotros estamos acostumbrados a andar y andar”
Los vecinos de la colonia Hijos Ilustres les apoyan con los servicios de agua potable y luz eléctrica, la presidenta del DIF, Ángeles Guzmán, les ha llevado ropa y juguetes, y el alcalde José Guerrero les ha apoyado con las hemodiálisis de la esposa del señor Mario, dueño del circo, sin embargo, se necesita más apoyo.
Cualquier ayuda es bienvenida, ropa, despensas, juguetes. Por el momento están solicitando unas mesas con las que puedan salir a vender birria a las calles, para que más personas puedan comprarles y poder obtener más ingresos.
“Por ahora no es viable regresar a hacer shows, en primera por que aún no tenemos el permiso, y en segunda porque los costos de transportación son demasiado altos, y con el aforo que permiten y las circunstancias, entonces no es negocio”, explica Marcos Ponce.