Opinión

Published on diciembre 19th, 2020 | by lavozsur

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*Los que cambian de partido, pero no de malas costumbres

No existen ya en los partidos políticos los principios de justicia social y honestidad que tanto profesan en la época electoral, pues hoy más que nunca sus representantes han dejado en claro que únicamente les interesa obtener un cargo público para enriquecerse y que los principios, la lealtad y la calidad moral no son más que rollo para engañar a los electores.

Por eso vale la pena analizar el acelerado ascenso que partidos como Movimiento Ciudadano y Morena han tenido en el estado de Jalisco, al grado de convertirse en la principal fuerza política y desde luego los únicos con posibilidad real de triunfo y de continuar gobernando la mayoría de los 125 municipios de nuestro estado.

El primero de ellos, ha tenido un sorprendente crecimiento desde el 2012; el segundo, que en la elección del 2015 únicamente consiguió 74 mil 500 votos para elegir diputados, en el 2018 pudieron multiplicar por 10 esa cifra y alcanzaron cerca de 750 mil cotos, ocho curules en el Congreso del Estado y ocho presidencias municipales.

Eso significa que en solo 3 años Morena se convirtió en la segunda fuerza política en Jalisco, desplazando al PRI al tercer lugar y al PAN al cuarto sitio.

En la elección pasada, por ejemplo, Movimiento Ciudadano ganó 26 municipios por cuenta propia y 42 con la coalición PAN-PRD-MC, para acabar gobernando un 54 por ciento del Estado, mientras que el PRI quedó en segundo sitio con 21 alcaldías, el PAN 13 y Morena 8.

Ello desde hace meses ha venido provocando una serie de disputas al interior de esos partidos, las cuales podrían llevarlos a la derrota pues bien dice la frase popular:“mientras los de adentro se pelean, los de afuera los devoran”.

No debemos olvidar Morena no está conformado por políticos natos, es decir, que iniciaron su carrera política en el partido de la esperanza, pues todos son originarios de otros organismos…

Los casos más sobresalientes, son primero el ala fundadora que eran viejos militantes de izquierda y del PRD; pero lo que le vino a dar fuerza fue la llegada de militantes del MC como Carlos Lomelí y Alberto Uribe (que también militó en el PRI); José María Martínez del PAN o Claudia Delgadillo del PRI.

Lo mismo ocurrió con el actual gobernador del Estado, que inició su carrera en el priísmo jalisciense, luego fue alcalde de Tlajomulco abanderado por el PRD y posteriormente fundó Movimiento Ciudadano que lo hizo alcalde y gobernador.

Todos se han ido al no recibir la candidatura que deseaban, migraron del PRI o del PAN a MC y posteriormente a Morena, como también ha ocurrido en la esfera municipal.

Por eso, se puede decir sin temor a equivocarse que en las candidaturas de Morena no habrá nada novedoso… todas sus cartas fuertes ya han estado en los partidos tradicionales y al no ver oportunidades de competir, terminaron por migrar a otra fuerza política.

Esa situación, puede representar un grave riesgo, pues a lo largo de la historia reciente ha quedado demostrado que los políticos que migran de un partido a otro se llevan consigo las malas costumbres, y por ello, esas promesas de cambio, honestidad y bienestar se vuelven puro rollo que seguramente ya ni en su casa se los creen.

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