ParticipaSiones – Historias de un Mexicano
Gracias a la generosidad de un amigo, me fue concedido ver en casa la película “Memorias de un Mexicano”, de Salvador Toscano, un hombre y un nombre profundamente arraigados a nuestra tierra Zapotlán.
Debo confesar que padezco un cierto rechazo al estudio de la historia universal. Tal vez estoy influenciado por la frese de un escritor famoso quien seguido decía: “La historia de la humanidad, no es más que el recuento de las atrocidades cometidas por el hombre en contra de sus semejantes”. Por otra parte, y tal vez como efecto de “rebote” por el hecho de que nunca asistí a la escuela y no tuve acceso al conocimiento en forma escalonada, vale decir, metódica, ciertas páginas de la historia me han parecido densas, confusas e inexplicables por el cúmulo de hechos simultáneos.
Por ejemplo, nunca podía entender la Revolución Francesa, hasta que el escritor famoso de quien hablé, me la explicó en partes y me apropié de unos apuntes que él había tomado antes de irse a Francia. Nunca podía entender la guerra civil española de 1936, hasta que un doctor, profesor y amigo, me la explicó en largas caminatas que hacíamos desde la Plaza Cataluña hasta la Barceloneta. Me señaló, separándolos por sus acciones, a carlistas, requetés, anarquistas, nacionalistas, fascistas y republicanos.
La Primera Guerra Mundial era para mí un conflicto de frentes y acciones, hasta que compré una colección de libros profundamente ilustrada. Otro gran conflicto en mi mente era la revolución rusa y la revolución mexicana. La primera la entendía gracias al estudio detallado y a escala de la colección que acabo de mencionar y que se titula: “Grandes batallas del siglo veinte”.
Ahora, después de haber gozado el documental “Memorias de un mexicano” he terminado de comprender la revolución mexicana en forma global. Me he sentido profundamente impactado por las imágenes del filme las cuales, a pesar de las deficiencias de técnicas propias del tiempo en que fueron filmadas y del tiempo transcurrido, logran comunicar a quien las ve, la emoción de un pueblo en movimiento, de una nación sangrante y de una patria unánime como la soñó Ramón López Velarde.
Por primera vez me he sentido un mexicano completo, sin parches alegóricos importados de otras festas históricas; quiero decir que, hasta antes de ver esta película, creía que sólo habían sido grandes batallas y grandes los generales como Waterloo, como Napoleón; las Galias, con Julio César, etcétera.
En “Memorias de un Mexicano”, me sobrecogió por su realismo la batalla de Bachimba. Me conmovió profundamente ver al general Villa llorando ante la tumba de Madero (al general ruso Tujachenvski, le decían el “Pancho Villa rojo” pues se dice que copió del centauro mexicano sus tácticas de guerrilla al pie de la acción).
Casi lloro de emoción de ver al Zapotlán de 1902 con sus portales completos, los cedros cónicos del jardín (de los cuales sólo queda uno hoy en día) y el desfile de “andas” por las calles de Reforma.
Invito a todos ustedes a admirar este bello documental de Salvador Toscano.
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