Published on octubre 1st, 2017 | by lavozsur
0Por motivos de salud, Rafael León Villegas dejará la Diócesis de Ciudad Guzmán
*Afirma que 17 años en la región le dejan un profundo cariño y gran arraigo
CIUDAD GUZMÁN, JAL., (ES).- A finales del mes de octubre o principios de noviembre, un nuevo obispo llevará las riendas de la Diócesis de Ciudad Guzmán tras la renuncia al cargo presentada por don Braulio Rafael León Villegas y el nombramiento de su sucesor por parte del papa Francisco.
En entrevista para La Voz del Sur de Jalisco, su Eminencia reveló que algunos deterioros en la salud lo orillaron a tomar la decisión de presentar su dimisión ante Franco Coppola, nuncio apostólico en México, quien a su vez llevó el mensaje ante el papa Francisco. El lunes 25 de septiembre la Santa Sede oficializó su aceptación al retiro del actual obispo.
“En el Código de Derecho Canónico existe una norma que señala que al cumplir 75 años los obispos están llamados a renunciar, pero también lo pueden hacer cuando su salud no es totalmente la adecuada para poder desempeñar un ministerio con suficiente fruto.”
“Yo cumplí 74 años en marzo pero desde hace algún tiempo la visión de mis ojos no es la correcta, ha ido disminuyendo por una debilidad de la retina; he tenido ya dos operaciones muy serias. Yo creo que para poderse desempeñar como obispo hay que ver bien y por eso surgió una buena oportunidad para un nuevo señor obispo que vea bien, que le eche ganas y pueda hacer con más eficiencia sus actividades”, expuso Monseñor.
“Yo cumplí 74 años en marzo pero desde hace algún tiempo la visión de mis ojos no es la correcta, ha ido disminuyendo por una debilidad de la retina; he tenido ya dos operaciones muy serias. Yo creo que para poderse desempeñar como obispo hay que ver bien y por eso surgió una buena oportunidad para un nuevo señor obispo que vea bien, que le eche ganas y pueda hacer con más eficiencia sus actividades”, expuso Monseñor sobre los motivos de su dimisión.
Don Braulio Rafael León Villegas comenzó su andar por los senderos de la Diócesis guzmanense el 10 de febrero de 2000, cuando sustituyó al recordado Serafín Vásquez Elizalde. Se convirtió en el tercer obispo de esta zona, luego de su creación el 25 de marzo de 1972 bajo el pontificado de Paulo VI. Curiosamente, el mismo papa ordenó presbítero a don Rafael.
En 17 años y medio viviendo en estas tierras, Monseñor conoció a fondo las regiones Sur y Sureste de Jalisco, arraigando un profundo cariño y admiración por su gente, a quienes así describe:
“En este periodo conocí esta bonita región, sus valores y su gente que está muy llena de religiosidad, llena de deseos por agradar al Señor; tienen una gran capacidad para la fiesta religiosa y por los compromisos religiosos que se traducen en compromisos en la vida de todos los días, para quitar la violencia y ser más fraternos y solidarios, para ir por caminos más positivos”.
Al municipio de Zapotlán el Grande y especialmente a su cabecera Ciudad Guzmán, donde ha estado su morada en esta misión diocesana, además de guardarle enorme afecto el Señor Obispo la considera un agradable lugar para vivir.
“Es una ciudad media, que tiene muchos elementos de una ciudad bien puesta pero no tiene problemáticas de las ciudades enormes. Se vive bien aquí por el ambiente de interrelación entre las personas, existe cierta seguridad pues no tenemos grandes problemas desde el punto de vista de la criminalidad. Es un pueblo sereno, tranquilo y con un buen clima que ya quisieran tener en muchísimas partes del mundo. Sólo el tráfico se nos ha complicado un poco porque las calles no están hechas para tantos automóviles”, expresó durante la entrevista.
Por estas razones, prevé que al llegar el momento de asumir el cargo de obispo emérito su vida transcurra entre Zapotlán el Grande y Guadalajara, pues en esta ciudad mantiene interrelaciones de toda la vida y ahí radican los médicos que lo atienden.
Esta partida no ocurrirá en breve, todavía don Braulio Rafael estará al frente de las festividades josefinas: “Todo octubre estaré aquí, el Papa me nombró administrador apostólico, quien hace las veces de obispo hasta que llegue el nuevo”, anunció.
Al respecto, el Obispo calificó la devoción a San José y la Sagrada Familia profesada por los zapotlenses como “espléndida” y unificadora del pueblo; “eso también nos ayuda a que tengamos ese punto común que nos hermana, que nos lleva a ayudarnos y a respetarnos”.
“Es una ciudad media, que tiene muchos elementos de una ciudad bien puesta pero no tiene problemáticas de las ciudades enormes. Se vive bien aquí por el ambiente de interrelación entre las personas, existe cierta seguridad pues no tenemos grandes problemas desde el punto de vista de la criminalidad. Es un pueblo sereno, tranquilo y con un buen clima que ya quisieran tener en muchísimas partes del mundo. Sólo el tráfico se nos ha complicado un poco porque las calles no están hechas para tantos automóviles”, expresó sobre Ciudad Guzmán.
De acuerdo con don Rafael, en esta comunidad nueve de cada 10 habitantes profesan la religión católica, pero existe una décima parte que sin confesar su fe son creyentes. En ellos radica el mayor reto que enfrenta la diócesis en la actualidad, y que tendrá que asumir su nuevo jerarca.
“Tenemos que salir para ir a atender a los alejados, y vaya que hay muchos que andan en las periferias. Nuestra diócesis tendrá un nuevo periodo con un nuevo obispo, con quien hay esa disposición de salir del encerramiento para atender a los más necesitados y acercarlos al corazón de Dios”, indicó.
Pero no sólo Zapotlán y la Diócesis de Ciudad Guzmán enfrentan momentos complicados. En sus casi 18 años viviendo en esta zona de Jalisco, Monseñor y los tres papas que guiaron a la Iglesia Católica han tenido que encarar una crisis mundial que está provocando transformaciones en muchos aspectos de la vida global.
“Estamos en crisis en muchos aspectos por el dinamismo de nuestro tiempo. Los cambios no son sólo en el aspecto económico, social, político, empresarial o de convivencia, sino también dentro de la Iglesia. Cambia la juventud, la familia, la escuela, cambiamos todos”, subrayó.
Bajo ese panorama deberá trabajar monseñor Óscar Armando Campos Contreras cuando asuma la cabeza de la Diócesis de Ciudad Guzmán y se convierta en su cuarto obispo.
Ante la pronta transición, don Braulio Rafael les deja una encomienda a los más de 400 mil habitantes de esta diócesis:
“Siempre viene un párroco y se va otro. Por una parte he visto cómo las personas lamentan la separación de aquel con el que han convivido por mucho tiempo, pero su corazón está abierto para continuar sus compromisos pastorales. Esto significa que las personas quieren a la gente pero estamos abiertas a continuar por los caminos que Dios quiere. Es un asunto de madurez cristiana”.
“San Pablo decía: ‘Miren, ustedes, no tienen que decir yo soy de Pedro o Pablo, sólo digan yo soy de Cristo’; él es el Señor, él es el jefe y aquí además tenemos el patrocinio del señor San José. Zapotlán de San José y San José de Zapotlán, así ha sido por casi 300 años”, concluyó don Braulio Rafael León Villegas. (Por M.G.U.)
*El 10 de febrero de 2000 don Rafael sustituyó a Serafín Vásquez Elizalde
Desde Oaxaca llegará el nuevo obispo de Ciudad Guzmán
CIUDAD GUZMÁN, JAL., (ES).- El 25 de septiembre la Santa Sede anunció a través de un boletín de prensa el nombramiento de monseñor Óscar Armando Campos Contreras como nuevo obispo de la Diócesis de Ciudad Guzmán.
Con 70 años de edad, nacido el 18 de septiembre de 1947 en la ciudad de Guadalajara, Campos Contreras se desempeña a partir de 2010 como obispo de la Diócesis de Tehuantepec, Oaxaca, desde donde llegará al Sur de Jalisco después del mes de octubre.
Esta región no es ajena al obispo electo, pues aquí tiene sus raíces, concretamente en el municipio de Tuxpan. Sus padres fueron Juan Campos Munguía y María del Rosario Contreras Lázaro. Es el mejor de cuatro hermanos.
Ordenado sacerdote en el año 1978, durante casi 29 años ejerció su ministerio en la Diócesis de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. Su ascensión al obispado ocurrió en 2006 de la mano del papa Benedicto XVI. Su primera misión diocesana estuvo en Antequera, Oaxaca.
*En 2007 el Obispo de Ciudad Guzmán envió una carta a esta redacción para felicitar el trabajo del equipo de “La Voz del Sur de Jalisco”