Published on enero 4th, 2020 | by lavozsur
0Punto por Punto – Inseguridad y Violencia
Varios factores están demostrando que en materia de seguridad los tres niveles de gobierno le están fallando a la sociedad. Está en primer lugar el récord histórico de homicidios ocurridos tanto a nivel nacional, estatal y regional, pero aunado a ello están las vergonzosas prácticas de algunos policías municipales como ocurrió recientemente en el municipio de Sayula.
En el año que acaba de terminar, en el Sur de Jalisco se tiene un recuento de 69 homicidios dolosos, todos ellos concentrados de forma muy marcada en municipios como Sayula, Gómez Farías, Ciudad Guzmán, Tamazula, Tuxpan y Zapotiltic.
Esas cifras cada año se van incrementando y desafortunadamente la sociedad es cada vez más insensible a ellas; si nos remontamos a años anteriores, a nivel nacional en el 2010 el acumulado de homicidios violentos fue de 10 mil 500 personas; en 2018 fueron 36 mil 685 homicidios culposos y ya en el 2019 fueron poco más de 38 mil.
Y es que ya lo hemos dicho en ocasiones anteriores, con excepción de los saldos sangrientos en épocas que registra la historia como la Conquista, la Guerra de Independencia o la Revolución, el nuestro era un pueblo noble y pacífico, hasta que nos llegaron las globalizaciones económica, de los enervantes y de la inseguridad, que nos han hecho perder el orgullo nacional, las metas de superación individual y colectiva, y el sentido de la soberanía, para acostumbrarnos a la creciente y cada vez más descarnada violencia.
Es claro que hay una tremenda descomposición social y de las instituciones fomentada por muy diversos factores y que la indiferencia no es el mejor camino, pues ello nos llevará con más celeridad a situaciones mucho peores.
Se trata de un fenómeno social que abarca todos los niveles, desde la educación en el hogar, en las escuelas, en el nivel profesional y desde luego el desempeño en el trabajo; a los niños no se les puede permitir que su principal fuente de distracción, entretenimiento e incluso interacción con el mundo exterior sea solamente un teléfono celular; a los adolescentes hay que cuidarlos hoy más que nunca de influencias negativas que pretendan atraerlos al mundo de las drogas; y a quienes desempeñan cualquier profesión hay que hacerles ver la enorme responsabilidad que tienen en sus manos y, si fallan, castigarles de forma rigurosa.
Porque lo ocurrido en el municipio de Sayula cuando dos patrullas de Seguridad Pública Municipal impiden a personal de Ejército Mexicano realizar labores de vigilancia es sumamente delicado; no basta en este caso una simple suspensión de sus funciones pues la autoridad municipal está obligada a explicar qué trataban de impedir los uniformados municipales; a quién estaban protegiendo y de quién estaban recibiendo órdenes.
También hay que insistir que el problema principal de la inseguridad no es tanto la falta de leyes, sino de voluntad para hacer cumplir las existentes y que tampoco tendría mucho que ver la severidad de las penas, pues hay infinidad de casos en los que una vez capturados los criminales, entran a las cárceles por una puerta y salen por la otra merced a consignaciones deficientes, a las triquiñuelas de los defensores y a la venalidad de algunos juzgadores, o que siguen realizando sus actividades delictivas desde las prisiones “porque no hay una ley que se los impida”. Hay que acabar ya con eso y con la demagogia.
Ya para finalizar, no queda más que desearle a nuestros lectores, anunciantes, colaboradores, trabajadores de talleres, administración y redacción, que el año que está iniciando esté lleno de bienestar, paz y tranquilidad para todos.