Published on noviembre 2nd, 2021 | by lavozsur
0Refrendan los Guzmanenses la Tradición de Honrar a sus Muertos
*Cientos de Personas Acuden al Panteón Municipal Para Saludar a los Difuntos
CIUDAD GUZMÁN, JAL., (ES).- Ramos de flores, coronas, cempasúchil, comida, oraciones y hasta música de José Alfredo Jiménez dieron un gran colorido al panteón municipal en la celebración del Día de los Muertos, donde cientos de personas acudieron para honrar a los difuntos.
Con un operativo para aplicar gel antibacterial en el ingreso, el panteón municipal lució abarrotado, por fuera, vendedores de flores tapizaban los ingresos; dentro del recinto, en momentos los pasillos eran insuficientes para los visitantes.
Cada familia llegaba a la tumba de sus familiares, iniciaban haciendo una limpieza, algunos incluso pintando, los más pequeños iban en busca de agua para limpiar los floreros y abastecerlos, luego venían los recuerdos, las oraciones y hasta las lágrimas por los que ya no están con nosotros.
El origen
La celebración del Día de Muertos se lleva a cabo los días 1 y 2 de noviembre; es una tradición en la que se honra a los seres queridos que han fallecido, cuyo origen es un sincretismo entre las celebraciones católicas y las costumbres indígenas.
Hay que recordar que ya en la era prehispánica se tenía la práctica de conservar los cráneos de los difuntos como trofeos. Estos eran exhibidos durante los rituales que simbolizaban la muerte y el renacimiento.
En la cultura azteca la muerte era provisional y las almas de los difuntos podían volver a visitar a los vivos. Al menos dos festividades importantes del otoño celebraban a los muertos y los invitaban al mundo de los vivos, por ello es que se arraigó la costumbre de colocar una ofrenda en los hogares con los platillos y bebidas preferidas por los difuntos, y por ello es que en estos días se lleva a cabo dicha celebración.
Las fechas
Con la llegada de los españoles se hizo coincidir la festividad indígena con las católicas Día de los Fieles Difuntos y Día de Todos los Santos, el 1 y 2 de noviembre, respectivamente.
La tradición indica que los muertos llegan cada 12 horas entre el 28 de octubre y el 2 de noviembre.
En algunos lugares de México el 27 de octubre está dedicado a las mascotas que han muerto; el 28 se destina a quienes fallecieron a causa de un accidente o de manera trágica y el 29 está dedicado a los ahogados.
El 30 y 31 se espera la llegada de las almas de los “limbos” de niños que fallecieron sin haber sido bautizados, y a los olvidados, que no tienen familia quién los recuerde.
El 1 de noviembre es el día de los niños muertos y el 2, el de los muertos adultos.
Los altares
El altar de muertos suele tener varios niveles: los de dos niveles simbolizan la tierra y el cielo; los de tres niveles pueden representar el cielo, la tierra y el purgatorio, mientras que siete niveles significan los siete pasos para entrar en la otra vida, o los siete pecados capitales.
Cada ofrenda incluye elementos que corresponden con los cuatro elementos: tierra, agua, aire y fuego. Las cenizas generalmente representan a la tierra. Un vaso de agua ayuda a los espíritus a saciar su sed después de un largo viaje, y el papel de seda picado con motivos elaborados se usa comúnmente para representar el aire. Las velas significan fuego y ayudan a guiar a los muertos a casa.
Las flores
La flor más importante en la celebración del Día de Muertos es el cempasúchil o caléndula, aunque el significado que se le da puede variar. Se dice que sus pétalos de color amarillo brillante representan el sol y actúan como guía para que las almas de los muertos regresen a casa. Otras flores importantes incluyen la nube o velo de novia, que puede representar la pureza, así como la flor de terciopelo, también conocida como mano de león o cresta de gallo. Por su tonalidad rojo brillante esta última a menudo agrega un toque de color a las ofrendas.
Sin duda alguna, en esta ocasión la tradición de visitar a los muertos se llevó a cabo con mayor entusiasmo, pues hace un año, como consecuencia de la pandemia, los panteones de la ciudad permanecieron cerrados al público durante los días de celebración.
Por Alfredo Pérez Herrera